Cine La verdad es que no tengo muchos recuerdos de cuando era pequeña viendo cine en casa, acompañada por mis padres. Pero lo que sí recuerdo era la frustración de sentarse a ver una peli, y que alrededor hubiera movimiento, que nadie estuviera concentrado en ese rato de disfrutar todos juntos. Cuando comencé a ver buen cine, ya fue en la escuela. En las quedadas con amigas, para ver las 1001 películas que había que ver antes de morir. Aquí sí que disfrutaba, era casi como un ritual.
Gatas Nunca había sido muy de gatitos, siempre me habían interesado más los perros, los conejos, los caballos, incluso llegué a tener dos patos. Uno amarillo y uno marrón que pudimos adoptar en un mercadillo. Pero los gatos, me daban miedo. Y ahora tengo dos, Pepi y Molly, dos alegrías al llegar a casa, dos gatitas que a veces pienso, ay ojalá pudieran hablarme.